viernes, 23 de diciembre de 2011

El Marqués de Auñon.

Melchor de Herrera y ribera fue el Marqués de Auñón y Tesorero General de la Monarquía.
Las acciones de Melchor de Herrera como banquero de la Monarquía Hispánica fueron pródigos negocios suscritos merced a una licencia concedida por Felipe II para soslayar su condición de tesorero real.
Cabe aludir, además, al importante convenio que acordó con la Corona el 14 de julio de 1568, al poco de recibir el nombramiento de receptor general del Subsidio y pagador de las galeras, pues muestra patentemente su duplicidad de actividades como oficial real y hombre de negocios con objetivos particulares. Entre 1569 y 1574se comprometió Melchor de Herrera a proporcionar por adelantado, en pagos bimestrales, los 350.000 ducados anuales que importaba el Subsidio, y a cambio de regularizar con esa suma el flujo de ingresos para las galeras, con lo que obtenía 21.000 ducados al año en concepto de intereses por anticipo y 200.000 maravedíes más por la cobranza.
Destaca también la contribución de Herrera como banquero desde 1569, tanto cuando se destinaban fondos hacia mantenimiento del esfuerzo bélico en el Mediterráneo, como en la emisión de letras de cambio dirigidas a los Países Bajos.
No obstante, la ambición de este personaje no se limitaba únicamente a perseguir la opulencia, sino que así mismo se manifestó en una búsqueda incesante de promoción social a través del honor que emanaba de un título nobiliario. A estos efectos debían parecerle poco satisfactorias su regiduría en Madrid en condición de Alférez mayor de la Villa y Corte y la Alcaldía de la Fortaleza de Ronda, adquiridas en 1567, y mediante una fórmula legal bastante común obtuvo el marquesado de Oria, radicado en el reino de Nápoles: el titular, Rudy Gómez, a cambio de una compensación saldada de forma privada, accedía a revertir a la Corona la villa y tierra de Oria para que inmediatamente después Felipe II la otorgara a Melchor de Herrera el título de Marqués de Auñón, el 31 de octubre de 1569.

martes, 20 de diciembre de 2011

LA SOCIEDAD ESTAMENTAL EN EL ANTIGUO RÉGIMEN.

La sociedad era jurídicamente desigualitaria y estaba formada por dos estamentos privilegiados (clero y nobleza) y por dos estamentos no privilegiados (pueblo llano y tercer estado).
Pertenecían al estamento privilegiado los sirvientes de Dios (el clero) y los nobles que no tenían libertad de elección (cargo heredado), no pagaban impuestos obligatoriamente, pero sí de forma indirecta. El 1,5% de la población era privilegiada, un 3% de los hombres y un 1,5% de las mujeres. Acaparaban la mayoría de los bienes y precisaban de muchas necesidades. Tenían una jurisdicción propia.
El clero estaba compuesto por el episcopado, los cabildos catedralicios, el obispado y los curas párrocos y capellanes.
El episcopado es nombrado por el Estado indirectamente a partir de los monarcas, será un cargo de elección universal con Carlos V.
Los cabildos catedralicios eran las instituciones con un mayor poder en la Edad Media y que en la Edad Moderna se encarga de gobernar la catedral.
El obispado estaba compuesto por nobles intelectuales que tenían afinidad con los monarcas. El clero se forma intelectualmente a partir del seminario con el conflicto de Trento en cada diócesis a partir del siglo XVII.
El clero tiene relaciones con los fieles y adopta una actitud ante la sociedad y la política de comodidad en el Antiguo Régimen. En el clero regular destaca la Orden de los Jesuitas en el siglo XVI.
La nobleza participaba tradicionalmente del poder ejercido por el rey cuya autoridad era considerada de carácter sagrado por venir de Dios. Los nobles eran considerados también como seres extraordinarios.
En Europa la nobleza conoció su máximo apogeo en la Edad Media con el Feudalismo. La posesión de grandes tierras otorgadas por el monarca les permitió desempeñar funciones de tipo militar y administrativo.
Pertenecían al estamento no privilegiado los agricultores, los artesanos y la burguesía.
Los agricultores eran desde labradores ricos hasta ricos propietarios o arrendatarios que podían cultivar para los mercados. El agricultor más pobre era el jornalero.
Los artesanos eran agremiados y proletarios, tenían mayor importancia los gremios urbanos. El apogeo de los gremios se da en el siglo XVIII, el cual desaparece en el siglo XIX.
La burguesía se dedicaba a actividades no agrarias y de recursos económicos saneados así como de modificar el trabajo personal.

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN.

Introducción

En el periodo comprendido entre la muerte de Carlos III en 1788 y la de Fernando VII en 1823 España se debatió entre dos tendencias opuestas:

Por un lado los intentos de implantar la revolución liberal, lo que exigía una monarquía parlamentaria y constitucional, y por otro lado, la resistencia y oposición del Absolutismo a tales pretensiones. Fue, por tanto, una época de transición, marcada por la Revolución Francesa en 1789.

El reinado de Carlos IV, se desenvolvió entre la hostilidad a la Francia revolucionaría y la sumisión a la Francia napoleónica.

La Guerra de Independencia con la labor legisladora de las cortes de Cádiz ofreció la oportunidad de poner en marcha la revolución liberal burguesa, que se vio truncada al final de la guerra con el retorno de Fernando VII y el restablecimiento del Absolutismo. Un nuevo intento se llevó a cabo entre 1820 y 1823, en que la revolución de Riego, obligó al rey a someterse a un marco constitucional. No obstante, el intento fue nuevamente frustrado. Entre tanto, España perdió la mayor parte de su imperio colonial.




LA CRISIS DE 1808. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA.

Carlos IV sube al trono en 1788, (cuando muere su padre Carlos III) y su reinado estuvo marcado por los acontecimientos exteriores.

Es política interior se sucedieron varios ministros ilustrados intentando hacer frente a la deuda del Estado y al colapso de la Hacienda Real. En 1798 se produce una desamortización de los bienes de la Iglesia, que afectó sobre todo a la compañía de Jesús (Jesuitas).

El ministro más importante del reinado fue Manuel Godoy, nunca aceptado por el heredero de la corona y se formó un partido Fernandino en apoyo del Príncipe de Asturias.

En 1807 se firma con Napoleón el tratado de Fontainebleau, que permitía la entrada de tropas francesas en España para invadir Portugal. Las tropas crean campamentos permanentes y el rey y Godoy, comienzan a desconfiar de los franceses y se trasladan a Aranjuez, con la idea de partir hacia las posesiones americanas. El 17 de Marzo de 1808, los partidarios de Fernando provocaron el motín de Aranjuez, y Carlos IV abdica en su hijo que toma el nombre de Fernando VII.

Ante estos hechos, Napoleón abandona la idea de invadir Portugal y decide convertir España en un país satélite. Para ello, finge ayudar con su mediación a resolver la profunda discordia en el seno de la familia real y los convoca por separado a Bayona. Allí bajo amenazas, Fernando devuelve la Corona a su padre, y éste la entrega a Napoleón, que la cede a su hermano José, que reinará en España como José I. Estas son las llamadas abdicaciones de Bayona con las que culmina la crisis de 1808.

La Guerra de Independencia.

La Guerra de la Independencia y la evolución política son procesos paralelos.
La guerra comienza con los sucesos del 2 y 3 de Mayo de 1808, cuando las tropas francesas, se enfrentan al pueblo de Madrid que intentaba impedir la salida de España de los últimos miembros de la familia real.

La revolución se extiende a todo el país, y podemos distinguir en ella tres fases:

1. Los franceses dominan el territorio hasta la derrota de Bailén, y entonces retroceden. Al pasar por Madrid José I, se une a ellos y tiempo después pasan los Pirineos.

2. Napoleón vuelve al frente de su ejército y recupera todo el territorio. José I, retorna a Madrid y empieza a gobernar con el Estatuto de Bayona. Una vez organizado el Estado, Napoleón deja el país para seguir su campaña europea. Las guerrillas que efectúan contra los franceses, una guerra de desgaste, las tropas inglesas, portuguesas y españolas, van imponiéndose poco a poco, generalmente actuando por sorpresa.

3. Napoleón va a favorecer está situación, retirando en 1812 parte de sus tropas en España, para reforzar el frente ruso. Por bando español, se otorga el mando de todas las tropas a Welington, que derrotará definitivamente a los franceses en el verano de 1813 en las batallas de Vitoria y San Marcial. Las tropas francesas, terminan de abandonar el país en Enero de 1814. Napoleón y Fernando VII firman un tratado de paz y de amistad.

La Guerra de Independencia fue también una guerra civil, el gobierno de José I fue apoyado por liberales que le consideraban un rey legítimo y a los que se conocían como los afrancesados. Tanto el rey como sus partidarios abandonarán el país, tras la derrota de Napoleón.





LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812.

La revolución política fue un proceso paralelo a la Guerra de Independencia.

Tras los hechos del 2 y 3 de Mayo de 1808 y ante la pasividad de las autoridades, se crean las Juntas Provinciales, que declaran la guerra a Francia. Posteriormente se unifican en la Junta Central que pactará con Gran Bretaña para derrotar a Napoleón. La Junta Central será sustituida más tarde por la Regencia que convocará las Cortes en Cádiz. Estas Cortes aprobarán la primera constitución liberal española en 1812.

Entre los diputados a Cortes se configuraron tres grandes corrientes de opinión:

1. Primero los absolutistas que pensaban que las Cortes deberían reducirse a recopilar las leyes ya existentes.

2. El segundo grupo defendía la revitalización de las viejas Cortes estamentales pero con un concepto de soberanía compartido entre las Cortes y el rey.

3. Por último, los liberales que defendían el protagonismo de la nación como el único sujeto de la soberanía.

La constitución de 1812.

Supuso el comienzo de la historia constitucional y del liberalismo en España. En ella se pretendió compaginar las antiguas leyes con las nuevas ideas constitucionalistas, con el fin de reconstruir el Estado, que había quedado destruido por la invasión napoleónica.

La convocatoria a Cortes el 24 de Septiembre de 1810 constituye la base para el trabajo legislativo posterior.

La Revolución Francesa inspiró el traslado de la titularidad del poder de la persona física del rey a la soberanía de la Nación, al mismo tiempo que se proclamaba la división de poderes:

• El legislativo, por el que se establecen las leyes y que lo ejercían las Cortes con el rey.

• El ejecutivo, por el que se aplican y que lo ejercía el rey, a través de los secretarios de Estado.

• El judicial, por el que se controla la aplicación de la ley, que lo ejercían los tribunales en nombre del monarca.



Esta formulación de Montesquieu, buscaba construir un sistema que pudiera evitar el abuso de poder.

En el documento se destaca que la religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica apostólica y romana, y prohibía el ejercicio de cualquier otra.

Otro elemento de la Constitución viene dado por lo que se denomina modelo de representación, pasándose del sistema estamental del antiguo régimen, a la figura del diputado elegido por sufragio masculino de aquellos que tuvieron propiedades en unas Cortes monocamerales.

A diferencia de las declaraciones de Estados Unidos y Francia, no se hacen explícitos los derechos del ciudadano, derivados de la soberanía nacional, aunque si proclama que esta soberanía está formada por los ciudadanos de ambos hemisferios.

La Constitución fue proclamada el día 19 de Marzo de 1812 y se convirtió en un referente básico en la historia del liberalismo constitucional, tanto en Europa como en América latina.

PABLO RUIZ

sábado, 17 de diciembre de 2011

Dinámica internacional a principios del siglo XX.

Europa había terminado el siglo XIX en clara ascensión.
El colonialismo sobre territorios nuevos (Asia, Oceanía y, sobre todo África) se realizó gracias al avance en cartografía y a los llamados "expedicionarios" o "aventureros" de algunos estados fuertemente asentados que llegaron a territorios hasta ese momento desconocidos. Unos por su inaccesibilidad (el corazón de África) y otros por su lejanía. (las islas de Oceanía) Esto, lógicamente, dotó de materias primas a la metrópoli, que empezó a desarrollar un comercio colonial parecido al Imperio Español de principios de la edad moderna: las colonias proporcionaban materias primas a la metrópoli a poco precio y la metrópoli las transformaba gracias a su industria desarrollada vendiéndoselas a las colonias a precios bastante superiores. Por tanto, se puede decir que las grandes potencias europeas habían encontrado nuevos mercados en los que vender sus productos.

Esta clara ascensión se debe también a la llegada de la llamada Segunda Revolución Industrial. Trae consigo la creación de la industria automovilística, eléctrica, química, pero, lo más llamativo, es que la llevan a cabo un mayor número de países como el recién nacido el Imperio Japonés (Meiji), Alemania (recién unificada), Países Bajos, EEUU, Rusia, etc...

Sin embargo, todo esto conlleva una serie de grandes problemas, diferentes de los que se habían surgido a lo largo de la historia:

- El imperialismo había reavivado el interés de los estados de hacerse con territorios. La conferencia de Berlín de 1885 sirvió para repartirse los territorios africanos entre las potencias europeas.

- Los primeros estados industriales veían como otros estados se sumaban a la carrera industrial, por lo que sus productos ya no serían competitivos en el mercado internacional.

- Las condiciones de las nuevas industrias no eran las mejores ni mucho menos para los trabajadores. Las fábricas tenían una higiene escasa, los trabajadores trabajaban muchas horas a la semana por poco dinero, no había límite de edad... Dado que las fábricas se encontraban en las ciudades, se produjo un importante éxodo rural. Los trabajadores vieron como el centro de las ciudades estaba ocupado por la burguesía, (que se había ganado un status tras la Revolución Francesa y las Revoluciones burguesas del 20, 30 y 48), por lo que se asentaron en las afueras de forma desordenada, descontrolada, apiñando casas sin control alguno. Todo este panorama hará que aparezcan los sindicatos para proteger los intereses de los trabajadores (CNT) y partidos políticos. (PSOE, 1879)

- Viejas disputas en el corazón del continente europeo entre Francia y Alemania crearon un sentimiento de revancha en el bando francés tras la batalla de Sedan en la que los alemanes impusieron las llamadas "reparaciones de guerra", que consistía en que los perdedores pagaban los gastos de la guerra. También Alemania se hizo con los territorios de Alsacia y Lorena. He aquí dos de las razones que llevarán a Francia a realizar un tratado tan revanchista como el de Versalles en 1918.

Todo esto se traduce en un conflicto inminente con visos diferentes que todos los anteriores. La Segunda Revolución Industrial no había hecho más que favorecer el alumbramiento de armas más mortíferas; (las llamadas armas químicas) el imperialismo proporcionaba más territorios para poder combatir en ellos en una hipotética batalla; los nacionalismos que se habían llevado a cabo durante el siglo propagaron un patriotismo ignífugo que hicieron a la población “detestar” a otros estados y a proclamar la grandeza de su historia.

Por tanto, los estados empezaron a hacer alianzas ante un conflicto inminente. Austria-Hungría y Alemania simpatizaron rápido, dadas las similitudes culturales y léxicas. Posteriormente se uniría el Imperio Otomano. Por el otro lado, el bando aliado lo compondría Rusia, enfrentada a Austria-Hungría en los Balcanes; Francia, íntima enemiga de Alemania y, posteriormente, Gran Bretaña ya a finales de 1914 con gran parte de la población en contra y el consentimiento de Asquith, presidente de la coalición liberal-conservadora de la cámara de los comunes del Reino Unido.

También, como no, hay razones geográficas que explican un conflicto inminente:

- La debilidad del Imperio Otomano, que se iba desmonorando poco a poco, hizo que Austria-Hungría y Rusia pusieran sus miras en conquistar los Balcanes, que era un territorio estratégicamente muy importante dada su salida al mar mediterráneo. He aquí una de las primeras tensiones de principios de siglo.

- El apetito colonial de Alemania y la rivalidad con Francia hizo que pusiera su objetivo sobre Marruecos. Éstos animaron a la población marroquí a levantarse contra la dirección francesa.

Existen al igual razones morales:

- Rusia se había sentido humillada ya que perdió la batalla ruso-japonesa contra Japón en 1905 de manera estrepitosa. En ese momento se produjo una revolución en 1905 que acabaría con una gran represión en Petrogrado. El zar, para recuperar su honor, fijó su interés en los Balcanes.

Por tanto, sólo faltaba el casus belli que encendiera la llama del conflicto. Es en junio de 1914, concretamente el 28, cuando un exaltado nacionalista bosnio asesina al Archiduque Franz Ferdinand y a su esposa, pero ese es otro capítulo de la historia contemporánea.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Romanización de Hispania

Proceso de asimilación cultural, social, política y económica romanas por parte de los pueblos de la Península. Hacia el 237 a.C. Los cartagineses ya se habían instalado en la Península. Anibal Barca será derrotado por el romano Escipión y a partir de ahí comienzan a conquistar Hispania. Al principio la dividen en 2 partes: interior y exterior; hacia el siglo III en 3 partes: Tarraconense, Lusitana y Bética; y hacia el siglo V en 5 partes: Tarraconense, Lusitana, Bética, Cartaginense y Galleica.
Al principio la estructura social fué: romanos (en lo más alto), jefes de los pueblos, ciudadanos y esclavos. Caracalla permitió a los demás pueblos ser ciudadanos romanos. A pesar de todo, nos aportaron el latín, el derecho romano, el cristianismo y obras púbicas como las vías y el Arco de Tarragona.
A partir del siglo III el imperio romano decae, caen sus fronteras y se divide. Hacia el 409 comienzan las invasiones bárbaras en la Península (suevos, vándalos y alanos). Los romanos tuvieron que pedir ayuda a otro pueblo bárbaro, los visigodos, que en el 416 fundan Tolosa. En el 507 los francos empujan hacia el Sur a los visigodos, y éstos a su vez a vándalos y alanos. A partir de ahí se formará el reino visigodo de Toledo, que será un pueblo germano, romanizado y de religión arriana.
En el 585 el rey Leovigildo conquista Sucessor (territorio de los suevos) y Recaredo somete a sus súbditos en el III Concilio de Toledo y consigue el apoyo de la iglesia católica.
Al principio, los visigodos estuvieron organizados como una monarquía electiva y una asamblea de hombres libres. El rey gobernaba con la ayuda del "Officium Palatinum" formado por el Aula Regia o consejo del rey y los Concilios de Toledo, que colaboraron con los reyes en tareas legislativas y asuntos de gobierno. Esta monarquía fué débil, por lo que fueron conquistados mas tarde por los musulmanes.

lunes, 12 de diciembre de 2011

La España del siglo XVII

La crisis de 1640.

En 1640 durante el reinado de Felipe IV se dieron dos hechos relevante:

  • La rebelión de Cataluña.

  • Rebelión e independencia de Portugal.


Rebelión de Cataluña (1640-1652)

Hubo enfrentamientos entre campesinos y los soldados castellanos e italianos destinados en el frente catalán con motivo de la guerra contra Francia. La rebelión se extendió a la ciudad de Barcelona, donde un grupo de rebeldes iniciaron un gran motín y asesinaron al virrey en la festividad del Corpus Christi (Corpus de Sangre).


En realidad fue una revuelta anticentralista que empujó a los catalanes a pedir ayuda al rey francés Luis XIII al que nombraron conde de Barcelona.


Sin embargo la crisis económica unida a un nuevo brote de peste y a la opresión francesa que resultó peor que las castellana provocaron el agotamiento de los catalanes que se rindieron en 1652 a Felipe IV con la condición de que se respetaran sus fueros.


Rebelión e independencia de Portugal (1640-1668)

La rebelión portuguesa tuvo desde el principio un marcado carácter anticastellano e independentista que condujo a la proclamación del duque de Braganza como rey con el nombre de Juan IV. Dicha rebelión sorprendió a Felipe IV y a su valido Olivares que incapaces de atender simultáneamente dos frentes, optaron por concentrar sus esfuerzos en Cataluña.


La nueva monarquía portuguesa se consolidó con la ayuda de Francia e Inglaterra, y España tuvo que reconocer finalmente su independencia en 1668, ya en el reinado de Carlos II.


El ocaso del imperio español en Europa

Los monarcas del siglo XVII, Felipe III, Felipe IV y Carlos II delegaron sus finciones de gobierno en manos de validos que encaminaron a la monarquía hacia una pérdida de poder y un desprestigio creciente.


En política exterior, si el siglo SVI había representado para la Monarquía Hispánica su momento máximo de poder y hegemonía en el mundo, por lo contrario a lo largo del siglo SVII y sobre todo tras la Guerra de los 30 años, España queda relegada a un segundo plano en el escenario internacional, mientras Francia pasaba a ser la nueva potencia europea. La Monarquía Hispánica pasó del esplendor de un inmenso imperio colonial a una situación de decadencia y ruina que escandalizó a los propios españoles de la época.


En el reinado de Felipe III se interrumpió la tendencia bélica del siglo anterior y la Monarquía Española vivió un período de paz.

En reinado de Felipe IV se desenvolvió en un escenario de guerra permanente.


Dentro de la Guerra de los 30 años la firma de paz de Westfalia tuvo para España dos consecuencias importantes; por un lado el reconocimiento de la independencia definitiva de las Provincias Unidas en Holanda; y por otro, la pérdida de hegemonía en Europa.


España continuó su guerra en solitario contra Francia hasta la paz de los Pirineos que confirmó el declive de la Monarquía Hispánica y la confirmación de Francia como nueva potencia europea.


Carlos II se casó dos veces pero no tuvo descendencia y poco antes de morir nombró heredero a Felipe de Anjou con la intención de asegurar a la Monarquía española el apoyo de Francia. Con Carlos II se extingue en España la dinastía de los Austrias.


Evolución económica y social


El siglo XVII estuvo marcado por un descenso poblacional a causa de las epidemias, la expulsión de los moriscos, la emigración a América y el efecto de las guerras.


El impacto negativo de todos estos factores fue desigual en el territorio.


El estilo de vida nobiliario influyó en toda la sociedad. Los sectores acomodados fundaron mayorazgos para consolidar sus patrimonios, que convirtieron a sus descendientes en rentistas.


Esto provocó que, en el siglo XVII se implantase un sentimiento de desprecio hacia las actividades comerciales, artesanales y manufactureras.


Esa fascinación por la nobleza propició la venta de cargos y títulos. La aristocracia tenía la imperiosa necesidad de obtener recursos para mantener su estilo de vida y prestigio social. La burguesía vinculaba la ostentación de un título nobiliario como máximo reflejo de su éxito personal y económico.


Desde el siglo XVI se estableció un sistema de valores y estilos de vida en el que los

certificados de limpieza de sangre fueron determinantes. Esta condición fue una obsesión entre los pudientes de la época, que no hizo sino desprestigiar aún más los oficios manuales y el comercio, actividades vinculadas tradicionalmente a judíos y moriscos.


La crisis demográfica se unió al desorden monetario.


La crisis provocó el empeoramiento de las condiciones de vida de los pecheros.


El comercio se vio prácticamente paralizado, tanto el interior, como el americano.


No obstante a mediados del siglo XVII comenzaron los primeros avances hacia la recuperación económica:

  • En agricultura, la introducción de nuevos cultivos contribuyeron a incrementar la productividad.

  • La artesanía se vio favorecida por medidas proteccionistas.

  • El comercio también se recuperó progresivamente.


Al finalizar el siglo, los síntomas de recuperación se apuntaban en el horizonte.

Pablo Ruiz Camacho

Inicios del "capitalismo" en la monarquía hispánica.

Para comenzar, es conveniente analizar las características del sector primario en la monarquía habsbúrgica española, que paradójicamente son las mismas que en Europa. Tenían una agricultura de subsistencia que mezclaba secano y regadío, (zonas del sur de la península) predominaba el monocultivo de cereal en la meseta norte, tradición que se extiende hasta nuestros días, su producción no es equivalente a la ganadera, hay pocas mejores técnicas (las últimas tuvieron lugar con la llegada de los árabes: regadío) y hay una privatización parcial de la propiedad, que se explica por el crecimiento burgués.

En cuanto a su evolución, podemos distinguir tres fases bien diferenciadas:

· s.XVI. En ella podemos observar una agricultura mejorada: aumenta la producción pero no la productividad y la inversión en mejorar las técnicas es escasa, por lo que el rendimiento que se saca a la tierra no es completo. Esto se relaciona con la ley de rendimientos decrecientes, en la que se argumenta que cualquier empresa (en este caso un terrateniente) que no haga cambios en su tecnología (forma de producir) verán como sus beneficios se limitarán o incluso desaparecerán y tendrán pérdidas. La ganadería, por su parte, cuenta con el favor de los primeros Austrias que darán privilegios a la Mesta.

· s.XVII. Este es un siglo de crisis total: hambruna, guerras religiosas en Francia y Flandes hace que se rompa el eje lana-trigo. También hay una gran inflación y existe autoabastecimiento de América.

· s. XVIII. Es un siglo de recuperación, sobre todo en la primera parte, aunque no se atisban cambios en las condiciones de producción. Existe algún indicio de modernización en las regiones periféricas en cuanto al cultivo de la llamada trilogía mediterránea (vid, olivo…)

Por otro lado, en cuando a las formas de organización industrial, podemos diferenciar tres: gremios, que son asociaciones de artesanos que se dedican al mismo oficio (panadero por ejemplo) y se caracterizan por tener una jerarquía (maestro, oficial, peones) y ser rígido. Otra sería el trabajo a domicilio con influencia del libre mercado y las primeras fábricas (muy rudimentarias)

En cuanto a como evolucionan las formas de organización industrial, podemos diferenciar tres momentos:

·s. XVI. Se caracteriza por ser una época de crecimiento económico, concretamente en el sector manufacturero. Hagamos un análisis por sectores.

- Industria textil. Es la actividad más importante en Europa y se diferencian dos industrias: la pañera, de gran inversión y de miras nacionales en la que prima la cantidad a la calidad y la sedera, que fabrica productos de lujo.

- Minería. La más importante es la de hierro, aunque la península no tiene gran cantidad (incursión romana). Felipe II regulará las actividades con la llamada “Ley de minas” en 1584.

- Siderurgia. Escasa calidad comparado con las grandes potencias europeas. De ámbito local principalmente. (Inglaterra)

- Industrial naval. Hay un gran problema: los barcos son de gran tonelaje y poco maniobrables en comparación con Europa. Gran tradición de atarazanas, Valencia, Barcelona…

· s.XVII. Se produce una caída de los niveles de producción por: caída demográfica, rentismo y la política fiscal.

· s. XVIII. Se aumenta y diversifica la producción industrial, por lo que se frena la desindustrialización .Tendrá el apoyo de la Corona en la industria militar y en productos de alto valor añadido. (sedas)

Si hablamos de los mercaderes y los mercados, es importante añadir que existían cuatro fachadas comerciales: Aragón, Alicante-Murcia, Andalucía y norte de España. Los productos que se exportaban eran: lana, sal, aceite (se mantiene en la actualidad) y seda. Por otra parte los productos que se importaban eran las telas (de Flandes), el papel y el trigo. La evolución pasa por tres etapas, como las variables anteriores. En el siglo XVI la importancia la tienen los mercaderes. (Burgos) En el siglo XVII se produce el declive el comercio internacional motivado por “la crisis de la burguesía”, la quiebra de la demografía y la agricultura, la ruralización de Castilla, las guerras (sobre todo con Francia) y el peso de la fiscalidad. Por último en el siglo XVIII se produce una recuperación en especial en la fachada mediterránea (Barcelona) ya que se vuelven a tener posesiones en Italia, por lo que se abren nuevos mercados.

Por último, es interesante analizar el comportamiento de los precios en la Edad Moderna en la monarquía hispánica, ya que han tenido muchos cambios. En el siglo XVI se pasa a un período más parecido al capitalista y, con ello, los precios tienden a subir. La subida de los precios se conoce como inflación. Esta época es muy inflacionista, aunque aquí se creía que la inflación era buena. En cuanto a la relación de los precios con la llegada de oro y plata de América, podemos distinguir dos etapas:

- De 1450 a 1520 – El oro es el mineral por excelencia y entra en gran cantidad (700-1000kg anuales)

- De 1530 a 1660 – En este tiempo la plata gana la partida al oro convirtiéndose en el mayor producto circulante, por lo que el oro tiende a encarecerse. Hoy por hoy tiende a creerse que el oro es muy valioso y poca gente entiende por qué el Imperio Español se derrumbó con la cantidad de oro y plata que ganaba en América. La respuesta es muy simple: la monarquía hispánica tenía que pagar todas las guerras y, a veces, se endeudaba con los banqueros, por lo que cuando se quedaba sin liquidez, los pagaba con oro directamente. Por tanto, los grandes beneficiados de esta situación eran los mercaderes y banqueros. Muchos historiadores creen que la verdadera metrópoli de América era Europa Occidental y veían a la monarquía hispánica como el centro recibidor de oro.

La evolución de los precios, como ya he dicho, es constante y se diferencian varias etapas:

- De 1490 a 1530: HERMOSO SIGLO XVI. He aquí un progreso técnico, una inflación todavía soportable y apertura a nuevos mercados europeos gracias a las herencias que recibe Carlos I.

- De 1530 a 1570: APOGEO AMENAZADOR. Es una época de crisis latente: alza de precios y fiscalidad y bajada de salarios, por lo tanto crisis de subsistencia. Sin embargo, hay un desarrollo comercial y también en la actividad industrial.

- De 1570 a 1600 hay una inflación desorbitada que se ve agravada con los gastos en guerras (Francia y Flandes) y la “pequeña glaciación”.

- Por último de 1620 a 1680 existe un período de depresión, ya que se detiene el comercio transatlántico que transporta plata.

lunes, 5 de diciembre de 2011

España del siglo XVIII. Los primeros borbones

Tras la muerte de Carlos II en 1700 deja el trono a Felipe de Borbón, que es coronado en Madrid como Felipe V en 1701. A raíz de esto se crea una alianza entre las potencias europeas para contrarestar el poder de Felipe V. En España, Castilla apoya a Carlos V de Alemania.

  • En 1705, Carlos V domina Barcelona.
  • En 1707, en la batalla de Almansa, las tropas borbónicas derrotan a Carlos.
  • En 1710 Carlos ocupa Madrid, pero es derrotado en la batalla de Villaviciosa y Birhuega.
En 1711 muere el emperador austriaco y Carlos es coronado emperador de Austria. En ese momento se firma la Paz de Utrech que tiene dos tratados: Felipe V renunciará a la corona francesa y cede territorios en los que Gran Bretaña recibe Menorca y Gibraltar; también el Asiento de Negros (posibilidad de llevar 4800 esclavos a América) y el Navío de permiso. Portugal recibe de España la corona de Sacramento (Uruguay). Por último, Carlos VI de Austria recibe Milán, Nápoles, Cerdeña y los Países Bajos españoles. Al no ceder Cataluña y Baleares la Guerra de Sucesión en España continuará y por los decretos de Nueva Planta; Valencia, Aragón, Mayorca y Cataluña perdieron los fueros.

Tras la Guerra de Sucesión entra en España junto con Felipe V la familia borbón:
  • Felipe V (1700-1746): durante su reinado, el gobierno estuvo en manos de extranjeros y después por el cardenal Alberoni. En su última etapa comenzarán a gobernar ministros y nobles españoles con formación jurídica como José Patiño o José Campillo, que llevaron a cabo numerosas reformas.
  • Fernando VI (1746-1759): dará un gran impulso a la labor reformista y a la política exterior a través de ministros como José Carbajal o el Marqués de la Ensenada.
  • Carlos III (1759-1788): es el rey de España tras la muerte sin hijos de su hermano por lo que debe dejar Nápoles. Será el gran representante del despotismo ilustrado en España. Al principio se ve rodeado de ministros italianos como Esquilache o Grimaldi pero pronto entran en el gobierno los ilustrados (Campomanes o Arana).
  • Carlos IV (1788-1808): hijo d eCarlos III que en un principio mantiene a Arana e icorpora a Jovellanos. Sin embargo, entrega el gobierno a alguien poco preparado llamado Godoy que entre 1792 y 1808 será el principal ejecutor de la política de la monarquía.